Saltar al contenido

Ancianos de 30 y jóvenes de 40/Baudelio Llamas

  • Poesía

Anoche me desperté
Eran las 11:40
Y pensaba sólo en usted
Porque hay viejos de 30
Y jovenazos de 40
Disculpe mi atrevimiento
La verdad, estoy contento
Y es que en usted, señora
A cada momento pienso
Y no podra salir de mi mente
A ninguna hora
Esto es sólo el comienzo
Otros pensamientos procesar no puedo
A ello, por desgracia me resigno
Su imagen me aparece con denuedo
Es inútil, mejor me persigno
Usted en mí vive presente
Señora: voy a escribir estos versos
A veces ando como ausente
Y en mis sueños la lleno de besos
Ahora romperé el turrón:
Te escribo este poema
Aunque por cursi parezca santurrón
No puedo proceder con británica flema
Queriendo no hacerte daño
Y aún cuando pase este año
Yo continuaré diciendo te amo
Me tornarás ágil como un gamo
Después seré viejo, viejo de tanto amar
En forzoso silencio mi amor tengo que callar
Y así pasen los años me he de resignar
Por cauta previsión de no fallar
Por si al respeto le hubiera faltado
Retomo la cortesía del usted
Con la ilusa tentativa de sentirme amado
Si acaso fuera digno de su merced
Ay, señora de cuarenta y tantos
Qué difícil es olvidar
Bella dama de cuarenta y pocos
Qué fácil sería para usted convidar
Usted que es joven y ama la vida
Cierre esta profunda herida
Tal vez comienzo a amarla como jamás amé
Aspiro a no merecer un puntapié
Perdón, perdón por ser honesto
Quise ser cauteloso, pero me equivoqué
Le ruego no me asigne un hado funesto
Debería reconsiderar; con fervor la invoqué
Perdóneme de nuevo por decirle estas cosas
Y, a pesar que me duele, le regalo esta rosa
Aunque por dentro yo muera, en silencio la amaré
Su desdén es como salmuera, pero me aguantaré
Retornando al confianzudo turrón
Si algún día una lágrima de mis ojos miras caer
Cual lánguida escena de la familia Burrón
Recuerda que, nunca, olvido de ti habrá de traer
Ni yo debo mirarte de otra manera
Porque mis sentimientos me van a delatar
Tu caso no es uno cualquiera
Mis afanes por ti no se habrán de quebrantar
Si se deja de querer
Es como un ciego que va llorando
Amar deviene en menester
No como un vagabundo que va caminando
Un errabundo que tiene hambre y sed
Y del amor no sabe qué es
Aunque fácilmente atrapa en su red
Y lo sujeta con irrompible arnés
Mientras, yo continúo escribiendo
Expreso tantos temas a veces incomprensibles
Te plasmo miles de sentimientos
Aunque a algunos les parezcan risibles
Porque es un poema dedicado a ti
Y no quiero causarte daño
Anhelo que, por fin, me des el sí
Si es preciso, lo balo, cual cordero de rebaño
¡Ah, el otoño tan bonito y también tan triste!
Así se secan las hojas, igual que mi alma
A este devoto corazón no heriste
En ti encontré esa restauradora calma
Termino estos sentidos versos
De loas a una hermosa mujer
Con coplas de conceptos diversos
Emanadas de un admirador ujier
Ni tantito eres culpable
Yo como un tonto me enamoré
Siempre has sido afable
Mi alma es de un bebé
Apenas comienza a querer
Perdón si te he ofendido
En este poema de amor te lo digo
Mi empeño en ello no ha de perecer
Otra vez con trato cortesano
Señora de cuarenta y tantos
Jovial y multifacética musa
Absorto estoy por sus encantos
Cautivado me deja su imagen, aunque difusa
Perdón, por un irreflexivo atrevimiento
Que un bisoño anciano de 30 y tantos
Y selectivamente le causaba aburrimiento
O frecuentes y penosos quebrantos
De ello, lastimada resultó usted
Pero, como en un hábitat de ondina
Su majestad devendrá en sutil flor
De arrebatador aroma, de flor fina
Para amar no hay edad fija
No la voy a lastimar
Elevo un pregón para ser a quien usted elija
Ningún resquicio habré de escatimar
Perdón si mis palabras la perturban
Dígame si existe una cura para el alma
De admiradores suyos seguro habrá turbas
¿Quién será el afortunado que se lleve las palmas?
Perdón y más perdón; vuelvo a tutearte
En tu recuerdo, yo seré un poema perdido
Quien te conquiste recurrirá a todo un arte
El resto de tu corte de admiradores estará hundido
Aunque casi nadie lee ese libro
Acaso algún día recordarás un poema
Que comparto contigo, y por ello vibro
Pues alude a una mujer preciada cual gema
Pero nada de lo siguiente me importa
Si mientras escribo poemas
A la más bella dama que bien se comporta
El reloj pendular detiene su marcha, sus fonemas
Me despierto en las noches
Y no sé qué más hacer
De convulsivas ideas hago derroches
Si levantarme a componer, o de nuevo yacer
Es que, ahora solitario, te extraño
Y, cual pueril bambino, termino llorando
Procuro jamás hacerte algún daño
Y el fin de la jornada culmino por ti orando
Mis labios, resecos por no besar algún labio
¡Cuánto tiempo perdido!
Las reminiscencias dejan alegrías y resabios
Y una cicatriz en mi corazón hendido
Los años han pasado en secuencia fugitiva
Qué será de tu vida me estaré preguntando
Poco a poco merma mi intensidad auditiva
Pero continúo rogando a Dios y con el mazo dando
Y aquí escribiendo estos versos de amor
Se preguntarán si el versificador la ha olvidado
Si aún espera que regrese a todo tambor
Pero un día su corazón se habrá cansado
Y los enamorados se preguntarán
Si se dieron el beso prohibido
O si es un amor infinito
Hoy su rostro se nota algo cohibido
Porque la quiso tanto y no se lo decía
Quizá algún ominoso día
Lentamente, sin prisa
De su faz desaparezca toda sonrisa
 Copyrigth. Baudelio Llamas