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¿Cuánto vale un café?

  • Poesía

 

El mío tiene un valor especial,

que no se paga con ninguna cantidad,

se disfruta de manera particular,

y se usa para compartir amistad.

Mi café es de una bonita tonalidad,

de puro calorcito a tierra natal,

cortado con manos que solo saben trabajar

y de un aroma que te hace suspirar.

Yo lo bebo en la mañana al despertar,

lo saboreo cualquier tarde en soledad,

me acompaña si inspirada logro estar,

me desvela cuando despierta quiero soñar.

Mi café no es una bebida nada más,

es un momento requerido de paz,

un desahogo en la intimidad,

un encuentro conmigo y mi libertad.

Igual que me transporta a otro lugar,

me hace vivir en el momento actual,

si en compañía lo quiero tomar,

siempre hay alguien que siente igual.

Un humeante café no me puede faltar,

a la hora de compartir y platicar,

cuando quiera escribir y al trabajar,

soy la taza que su esencia ha de guardar.

 

Ana Evelin Garcia Contreras