Saltar al contenido

Desnudar a la moda

  • Ensayo

 

 

 

Por Victor Hugo Espino Hernandez

 

“No dejes que la moda te domine, tú decides quién eres y qué quieres expresar.”

Gianni Versace

  

El mejor disfraz para el homo sapiens es la ropa. Permítame, audaz lector, citar a Margarita Rivière para comenzar este ensayo: “Las gentes distinguen perfectamente la basura comercial de aquello que les resulta efectivamente útil y enriquecedor”. Pareciera que con esta frase queda resuelto el asunto que quiero tratar: la moda. La ropa para vestir a un hombre o mujer son aditamentos necesarios para esconder la desnudez, con el paso del tiempo el ingenio pensó que el estilo también era necesario.

La vestimenta no es creativa cuando se mezcla rápida e instintivamente. El hombre no estuvo hecho desde su edad más antaña para desarrollar una teoría sobre cómo vestir mejor. La desnudez del hombre es la conexión directa para conocer el contexto.  Pensar en desnudar algo o alguien sirve como consuelo para el crédulo que puede obtener alguna verdad al hacerlo. Precisamente la idea de vedar ayuda a tener fe para conquistar la libertad. En el mito de la caverna, donde Platón describe la libertad de un esclavo que ha crecido en una cueva, muestra que la libertad se conquista con la ayuda de la razón o del pensamiento razonado: este concepto de razón está ligado a la ruptura de las cadenas que narra Platón. Los ojos del esclavo no miran directamente al sol y, entonces, nos preguntamos, cómo puede el esclavo saber que ha mirado algo. El sol es deslumbrante. La verdad aún más.  

Desnudar a alguien es una labor ardua que implica poner en acción una ardid que la mayoría de las veces no puede controlarse: «por la boca muere el pez»: es un dicho conocidísimo. Ciertamente la ropa sirve como una pista falsa para provocar confusión. Sin embargo, por medio de la observación los investigadores han alcanzado grandes avances. Por esta razón, hay extensos estudios sobre la mirada y los ojos. Si el esclavo del que habla Platón se hubiera liberado por sí mismo, la caverna sería una pista falsa o un sueño. Platón no habla, pues, de individualidad, sino de cooperación: en el mito de la caverna alguien-anónimo ayuda a liberar el esclavo.

La ropa cumple un rol importante para la sociedad y la civilización, el rol del ingenio. La moda no comienza allí cuando el producto tiene importancia al adquirirlo, sino cuando comienza a ser parte de la vida y de la finalidad para cualquier humano. Es una pista evidente escuchar la siguiente frase: “Liverpool es parte de mi vida”. No existen roles sociales que el hombre cumple al estar a la moda, sino motivaciones, caracteres, posturas, ideales.

En moda hay muchas disquisiciones. Los modistas no pueden estar de acuerdo entre ellos. Unos advierten que la moda comienza con un glamour ridículo que nadie puede describir a ciencia cierta, otros advierten que se necesita indudablemente de aditamentos majaderos –físicos o espirituales- para el desarrollo del genio “modesco”. Aunque realmente un tratado sobre moda no existe formalmente, concuerdan los especialistas en que debería existir en algún momento. Todo lo que se ha escrito hasta hoy sobre moda no tiene pies ni cabeza.  

Se trata de liberar al hombre de la moda, según las explicaciones de algunos filósofos. Se trata de ejercer la libertad, aunque este concepto flote en el mundo ideal abstracto. F. Nietzsche consiguió, a través de su filosofía, explorar el mundo material: el hombre, la pasión, la moral que surge de las acciones, de las decisiones. La moda también es parte del mundo material, el análisis inclusive de la moda debería comenzar en el entendimiento sobre el ser humano. ¿Será necesario negar lo abstracto aun cuando la moda opera en la proyección imaginaria del humano? ¿Se liberará el hombre algún día de la vanidad?

 

 – Ciudad de México –

 

City of Light by Holly Irwin